Otra forma de esclavitud

Voy a incluir en el blog una carta enviada al diario gratuito Metro, el periódico que todos los días una amable señorita, con ganas de sonreír a las seis y media de la mañana, me entrega puntualmente. La carta en cuestión fue publicada el día 27 de febrero de 2008, y está firmada por L. López. Trata del Outsourcing, un tema que me afecta directamente por sufrirlo en mis orondas carnes. Creo que su carta refleja lo que la mayoría de los empleados de empresas externas pensamos y por eso incluyo el texto íntegro:

«En referencia a un artículo de ayer titulado La tiranía del siglo XXI he de añadir que otra forma de tiranía, y de estar esclavizado, es ser víctima de algo que sonar suena muy bien, sobre todo en ciertos círculos económicos y empresariales y que se llama Externalización, Outsourcing, o la contrata de la subcontrata de la recontrata, por una empresa que da servicio a otra. Así vemos cómo en muchos sitios se ve a gente fija, no que vienen a hacer algo un tiempo y se van, sino que llevan años, y cobrando si llega 700 euros netos por ocho horas al día, o alguna más, mientras la empresa que les tiene contratados cobra 2000 euros + IVA por ellos. ¿Cómo se puede levantar el país de esta manera? ¿Cómo quieren hacer que la gente cumpla y rinda en su trabajo? ¿Cómo quieren hacer conciliar de esta forma la vida laboral con la familiar? Si en muchos sitios se están pagando 2000 euros + IVA por una persona significa que hay dinero, y si hay dinero paguen directamente a esa persona esa cantidad y ya verán cómo cambia la historia. Lo que no se puede hacer es que haya gente que monte chiringuitos de este tipo para lucrarse a manos llenas con el trabajo de estas personas, y siempre bajo chantajes, insultos y amenazas. ¿Cómo se puede decir con tanta hipocresía que es para ahorrar costes? Si compro una cosa que vale cinco y la pago a veinte, ¿qué costes me estoy ahorrando? Que alguien me explique este absurdo.»

L. López

Empecemos

No recuerdo dónde he leído que el principal defecto de los ingleses es la arrogancia, el de los franceses la codicia y el de los españoles la envidia. Esto, por supuesto, no es más que un dicho, aunque todos tengamos en mente a algún inglés, francés o español al que el adjetivo le viene que ni pintado. Yo, que soy español, voy a dar con este blog un claro ejemplo de ENVIDIA. Sí, señores, sí, de envidia con mayúsculas. Resulta que mi amigo Elvichu hace unos meses creó un blog y, lo que es peor aún, ¡se preocupa por mantenerlo al día e irlo actualizando!

Elvichu no lo sabe, pero desde que abrió su blog me ha subido la tensión arterial, no duermo por las noches y sufro una gastritis que acabará en úlcera si el bendito Almax no lo remedia.
He tardado un par de meses en darme cuenta del significado de estos síntomas. Yo, principalmente, lo estaba achacando todo al estrés que sufro en mi trabajo. Pero, ¡nada de eso! Esta noche, durante mi crisis de insomnio, lo he visto claro: todo es culpa de la tremenda envidia que me corroe. Así que he decidido ponerle remedio en forma de blog. No será un blog tan bonito como el de Elvichu, ni se actualizará con tanta frecuencia, pero iré escribiendo en él cuando pueda, aunque aún no sepa el qué.

Y una vez dicho todo esto os indico donde podéis encontrar el blog causante de todos mis males: Elvichublog. No lo visitéis mucho o acabaréis igual que yo.